canvio de roles

"Mi pareja tampoco me ayuda" podría titularse este post. Y la mayoría entenderéis enseguida que me refiero al artículo "yo no ayudo a mi mujer" del psicologo Alberto Soler.*

Pues sí, señoras del supermercado que no pueden moderse la lengua y sueltan las que yo llamo frases-perla: haberlos haylos, padres que no "ayudan" sino que "hacen", y sin pensar ni por un segundo que eso que "hacen" le pertoca a otra persona (su pareja, se entiende). Lo "hacen" porque hay que hacerlo y lo sienten como una responsabilidad más.

150623dad


Dejarme que utilize este atril para proclamar a los cuatro vientos que yo tengo uno de esos en casa. Uno de esos padres que recogen a los niños en la escuela, los llevan al parque, los bañan, los llevan al barbero, hacen la compra y la cena, etc, etc. Porqué, de haber podido, hasta hubiera querido ser él quién los llevara en su barriga 9 meses, y parirlos y darles la teta. Sí, hasta eso que, por desgracia para ellos aún no pueden experimentar, eso, también lo haria.


Yo también "Quiero que mis hijos crezcan sin saber si planchar es cosa de hombres o de mujeres. Que no sepan si los baños son cosa de su padre o de su madre. Que no asocien la cocina con el feudo de nadie, ni tampoco la aspiradora, doblar ropa u ordenar los armarios."
Porque es evidente que en una pareja cada uno tiene su caracter y se siente más a gusto con algunas tareas que con otras y que no se divide nada al 50%. En casa, yo soy más prudente y más miedosa, asi que enseñar a ir en bici, en patinete o a nadar es más cosa de R. En canvio leer, recortar, pintar... es más cosa mía. Pero el reparto de roles no es por cuestión de sexo, sino de gustos o capacidades.
Porqué también hay #malasmadres a las que no nos gusta cocinar y #buenospadres que cosen un botón mejor que muchas feminas.


A menudo las madres nos quejamos de la falta de conciliación. Tenemos mala conciencia cuando dejamos a nuestros bebés unas horas en la guardería para poder trabajar. Incluso se nos parte el corazón cuando le dejamos llorar 2 minutos porque se ha puesto a llorar mientras estabamos en la ducha. El otro día, en uno de esos momentos, me puse en la piel de R. que pasa más de 8 horas fuera de casa para trabajar y cuando llega hace la cena y recoje la cocina y pone la mesa y baña a A. y me trae agua mientras le doy el pecho y pensé... cuánto debe envidiarme las horas que puedo estar con mi bebé simplemente dejando pasar el tiempo. Y que poco que agradezco que no "me ayude" sino que "haga" tanto.


Porqué sé que si pudiera, aún haría mucho más. Os sugiero que mireis la serie swedish dads, del fotografo Johan Bävman para ver todo lo que podrían hacer con más tiempo. Porque a ellos también les gustaria poder #conciliar más.

Voy a intentar que cuando llegue a casa, pueda estar con bebé y dedicarle un tiempo sólo a él. Y mientras yo voy a ser yo la que vaya al supermercado (cosa que por cierto, suele hacer él y bastante mejor que yo). A ver si a alguien se le ocurre decirme la frase-perla: "hay que ver como ayudan hoy las mujeres a sus maridos con los niños".


pd para R: En el trajin de estos días de poco descanso a menudo se me olvida decirte gracias y decirte te quiero. Asi que te lo digo desde aqui, por si más tarde me despisto.

*Aprovecho para deciros que Alberto Soler tiene otros muchos post interesantisimos y que merecerían ser tan o más virales que el que aqui enlazo.

Comentarios

  1. M'alegro!! Jo sé el que és tenir un d'aquests companys i sé que és tot un privilegi que et fa sentir enormement feliç.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario